Pavadas de loco

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Me llora un ojo... el otro llora de envidia y asi mientras cae un rayo,
la lluvia obsenamente llena todo el espacio con estruendosas gotas que inundan mis deseos de desahogo sobre tu oido distante y seco, tu oido de casa abandonada y de jardín de ceramicas.
La tierra de mis adentros va mojandose y se hincha.
Salen los sapos y saltan de par en par de una incognita a la otra,
y debajo de tu paraguas transparente puede verse el cielo refunfuñando de celos.
Alabados sean los dioses de la naturaleza que empujan los cantaros desde el cielo, uno a uno hacia nuestras sequias coloquiales y triviales que nos dejan perplejos, con escoliósis de amor. Y después de la tormenta? Después de la tormenta se reconstruye el terreno, y vuelve el agua a su cántaro del cielo, en el tobogán del sueño para esperar la proxima vez que quiera tirarse de cabeza a nuestras resecas existencias, para aliviarnos la rigidez de nuestras duras cortezas formadas por los años de intenso devenir sin rumbo.

viento

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Si entendieras la poesia de los nobles locos de amor
la razon y las certezas se volarian en pedazos
Arrancarias a la luna de la noche y la colgarias sobre tu techo
hablarias con el sol para que no seque algunas flores de tu terrunio,
con sus infernales horas de rabia

Si yo pudiese enteder cual es la forma de entrar en tu jardin
solo saltaria a ello y tomaria tus brazos y los pegaria a los mios
perdiria permiso a tu madretierra para sacarte un rato de la raiz
y llevarte a dar un paseo por mis cultivos de siempre
Han crecido unos tomates, nuevos, que nunca en la vida

Son todas mias las anecdotas, son todos tuyos los tomates

Si pudiese arrojar semillas para cultivar la razon
las tiraria sobre mi terrunio
yo solo quiero compartir tus frutos, bajo el sol, bajo la luna
Bajo la sombras que dá la parra en las tardes de verano.

Relámpago

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Arre a su tumba le gritan las voces
el carretea sin temor aparente
mientras sus parpados se achican para hacer firme la mirada
El va moliendo sus dientes al tranco, del tintinear de las noches oscuras
Cuando el susurro de la madrugada abre en sus ojos el brillo perdido
tiemblan endebles en la ausencia de día
El perogrullo y la chusma del barrio
Oscilan hondo las flores del cardo, con su brillo seco, amarillo, ladino
Riegan de nuevo las esperas juntas, y cantan pajaros en sus mañanas
Todos temen al olvido, dicen de nuevo las voces en coro sostenido.

al margen

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Marginado huyo
marginado escribo
marginado hablo
marginado siento
y ni un juez me calla

Donde esta la linea
donde esta la raya
cual es ese eco que avisa la falla
y en silencio canto lo que nadie escucha

Y No me importa si me ayuda la cordura o la razon
Los versos estos que digo
solo versos son

Es verdad, quisiera tu oido en mi boca
para incrustarle ojos al alma.

Inundado

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Llueve. siempre llueve en mi recuerdo.
Siempre llueve en ese, mi recuerdo.
Caen las gotas atravez del cristal.
Miro caer las gotas sobre el piso cuadriculado.
El tablero en bordó(bordeaux) y amarillo observa con su entera y eterna existencia.
Cada recuadro del piso chato y sin prisa observa, con gran paciencia el caer de la aparentemente, rebelde lluvia.
Algunas gotas suicidas se arrojan de la altura de los paraisos.
El Jacarandá observa sigiloso y envidiosamente arroja sus flores purpuras sobre la calle naranja de ceramicas rotas.
Cae la lluvia sobre el tejado, entre cada teja se tejen un collares de critalino esplendor.
Observo con calma cada uno de los charcos donde explotan las gotas.
Los sapos rien con belleza hostíl y murmullan que el día ha llegado.
Cae la lluvia y cada tronar marca el compás del tejado y los charcos.
El viento se asemeja a un Cello que ahonda la agonía de la tarde.
Un perro se convierte en alfombra mojada y sus ojos se les escapan, ruedan por las veredas.
Cae la lluvia también sobre el Ceibo que resiste con vehemencia los ataques del viento y el constante taladreo de las nubes con sus pequeñas pero efervescentes bombitas tranparentes.
Cae la lluvia sobre el tejado y tengo una de las flores del Ceibo tranformada en ave morada, acogida entre mis manos de pequeño ser.
Cae la lluvia y el barco que habia construido hace instantes atrás para naufragar mis fantasías ahora yace hundido sobre un charco pequeño.
Cae la lluvia y yo caigo con ella y como ella en cada gota y sobre el suelo espejado reflejo mi niñez con la flor de Ceibo tranformada en ave entre mis manos de niño y detrás del cristal de mi ventana, debajo del tejado.
Aguardo el fín de la tormenta, no quiero que termine nunca, quiero ser lluvia eternamente.

cápsula

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Arroyo, escrito no refresca.
Hay un agua estancada que fluye por su quietud.
Una dama silenciosa de acerca por una orilla, y me despierta de pronto,
luego de un profundo sueño...
Se ondula entre la lucidez y el sueño eterno
Se ahogan de repente, las dudas para siempre
Un simple destello de una luz que se expresa.

ojos

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Lo primero que ví fueron tus ojos
Tan despojados de tiempo y de penuria.
Luego observé tu boca infantil, tan sin prejuicios para danzar sin paz entre tus dientes
timidos
Luego tu lengua endiablada que poco parecia entender de ubicación y protocolos.
Poco después una suerte de impulso poco común, para esas epocas de mi cuerpo flaco entonces y del alma desnutrida pero aún hambrienta de luz, en su continuo ocaso provocó que la llama de tu voz encienda mis oidos y en una bocanada de fuego verbal, dejaste solo cenizas de los ecos de silencio y soledad que se albergaban en mi cabeza junto a un pasado feroz y de campos aridos, secos y con mi cuerpo importente con los dedos desgarrados de rascar la tierra buscando las rosas perdidas en mi entera existencia y con los ojos crecidos como plantas habitando todo el patio de la perversa indiferencia.
Seguias ahí, mirandome absorta sin comprender el porqué de mi extraña verguenza y de lo tonto de mi sufrimiento.
Casi sin hablar, pero sin dejar de contar uno a uno mis pestañeos, parecias reirte de mis monólogos absurdos, de loco, de joven arlequinado, de perro con dos colas que encuentra a su amo luego de una decena de años.
Era un momento de sol...El sol quemaba el techo y nos quemaba en un tapiz como una pelicula fotografica y nos dejaba instalados en el terrible devenir del tiempo o del no tiempo,tambien en aquél suelo y en por lo menos mis retinas que se oponen a olvidar tus ojos.

Omnisciente

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No sé si sí, no se si no, no se ni siquiera nada.
No se si tenga ganas o no
O si tengo sueño o si me angustio
Y si fumo por placer o por no saber que hacer.
O si en realidad sé
Y lo estaré esquivando pensando en tu ojos
y en tu boca moviendose de lado a lado
y yo leyendote las letras con mi oido musicalizado de tu tonalidad efervescente.
Mientras no dejo de temblar con tus rozes sin querer
sobre mi mano inquieta y reprimida que viaja por tu cuerpo sin que te enteres.
Y de repente sos otra con otro cuerpo y no te escucho, pero te siento tan cerca como nunca
y lloro sin que te dés cuenta y mi lagrima acaricia tu hombro
Mientras ignoras todo,y yo te amo cien años seguidos en un solo instante.

Cosas

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Un raro, un circulo defectuoso, un globo azul medio desinflado luego haber estado inflado en su maxima capacidad.
Un cuero de animal luego de haber ingerido su carne, un estiercol seco por el sol.
Una toalla mojada, un par de medias con barro.
Una galleta con una sola mordida en el cesto de basura, un paquete vacio en el medio del rio flotando.
Las cenizas del fuego de anoche en un campamento esta mañana.
Una pera podrida sobre la mesada de la cocina, un cuchillo sucio.
Una foto velada y una cámara sin rollo.
El eco del silencio luego de un festival, el viento azotando las ramas.
Un cigarrillo apagado a medio terminar con el cuerpo amarillento y curvado por la fuerza de una mano al apagarlo, un cenicero lleno de otras colillas.
El sol quemando lento a medias tintas el cielo, dejando sus naranjas con su píncel del recuerdo.

Sin respuestas.

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Sabés que es lo más dificíl hoy?
RESPONDER ESAS MILES DE PREGUNTAS.
No me preguntes nada, porqué no tengo nada claro.
Siempre la respuesta dá la tranquilidad de escuchar lo deseado.
A mi hoy no me interesa en lo más minimo responderme semejante cantidad de cosas.
Saber o no, responder bien, ser elocuente o estupido. Da lo mismo.
Solo pensar y desquiciarse embistiendo todo tipo de tranquilidad me da la sensación de nada, solo una inherte tranpiración fria que recorre la espalda y el fruncimiento del ceño.
Mentiras e hipocresias, fantasmas del desdén.
Hablar de todo con justa exactitud. Dar la impresión.
Estar por encima, superar las espectativas.
Que pavadas, cuanto miedo...
Antes de que amanezca voy a estar durmiendo. Y mañana cuando hablemos tal vez no esté despierto.
Soy siempre un punto inflexivo en un lugar tan estrecho y tan recto.
Alas no tengo, ni siquiera planeo todos los días. Soy tonto y está bien así para mí.

La ventana

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Hoy Dios no alumbró la ventana de Mario, se olvidó, dejó pasar el día. Supongo que un poco cansado de las quejas y el hastío que le ha regalado este y de los incansables pedidos egoístas que en cada rezo Mario le suplica.
Han pasado las horas y Mario observa las ventanas. Todo permanece oscuro. La rosas del jardín brillan en un bermellón de noche. Hace un rato paró de llover. Mario observa caer las gotas rebeldes y perezozas que protestan contra el inmuntable vidrio.
Dios lo olvidó esa mañana.
A cambió le ha dejado un cama deshecha y vacia, con hedor de ausencia y pliegues filosos.
Mario intenta un viaje inmovíl en su silla y el resplandor de la luna lo humilla sin sentido alguno más que el de mantenerlo despierto estrujando sus mejillas.
Nunca más tendrá amaneceres, ni flores brillando al sol desatando el aroma y el amor a locura, a hermosa locura.
Los días serán marcados con un zincel y tendrá una linterna y señalizaciones para no perderse en la oscuridad del páramo y así simpre podrá llegar a casa y alimentarse del vomito eterno que ha depositado en la tina del baño durante todos los días que le serán calcados.
Dios no alumbró la ventana de Mario está mañana o este día o esta noche...Ya no se distingue que momento del día es, es siempre el mismo, eternamente para Mario.

Simples momentos.

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Gervasio se sentó cobre el cordón de la calle y se despertó.
Luego comenzó a comerse su propio vomito mientras la gente lo observaba con desidia.
Supo lo que habia ingerido y le habia causado semejante malestar.
Regurjitando descubrió nuevos sabores.
Algunas injerencias que tal véz habria olvidado.
Reconoció que en los ojos de la gente que lo miraba existía un gran miedo.
Desatendió sus necesidades y necedades.
Ató fuertemente el cordón de su zapatilla que lo acompañaria en el resto del camino.
Ato muy fuerte el lazo y luego intentó desatarlo.
Gervasio encumbró un deseo, el deseo de hablar.
Tomó su mochila que habia sido desgarrada por unos perros hambrientos mientras el soñaba.
Se levantó y caminó con torpeza mientras el sol hincaba en sus ojos un puñal y se reía de él.

Tomar algo

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Sentados una noche en un bar con vos o con otra, o vos con otro o otro con otra quien sea...
Luego de un rato de estar recientemente sentados se animan a hablar.
La bebida es buena, y siempre beben lo mismo, que suerte que tienen los mismos gustos aveces. En otras ocasiones piden otra cosa, pero depende, depende de como resulte todo esta, esa noche, hasta ahora va bien.
La ocupación de ella es tan ridicula como la de él, a ella le gusta lo que el hace y a el lo que hace ella, pero porque no cambian de trabajos? En realidad lo que hace ella es un poco dificil y hasta tonto podria llegar a ser, depende de como termine la noche, esa noche. Comienza a crecerle cabello y a tener forma de estar peinado, un poco desprolijo porque no es tan vanidosa como para ponerse a desemprolijar su pelo durante un largo rato en el espejo como para parecer relajada y que no se fija en esos detalles. El, igual, igual que ella. Eso los hace sonreir. Los dientes estan bien y hasta su boca comienza a tener forma graciosa y se despega de su cara y de su ser, comienza a tener la misma vida que su corazón y el mismo latido y él ve latir sobre la superficie de sus labios, que tienen vida propia y el sonido que sale desde sus ideas no tiene importancia ante semejante vertiente de nectar que late frente a sus ojos, los de él. Ella seguramente piensa lo mismo que él en el mismo momento, pero nunca lo mencionarán.
La comida no llega nunca y no importa, o sí, no saben. Ella bebe y él con ella. Ella le cuenta de sus sueños y de sus ideales y él escucha firme y convincente. Esas palabras que dice la hacen ver cada ves mas bonita , son como vestidos, se prueba uno y otro, y tambien peinados pueden ser... El de hoy te hace ver muy bien!, piensa él. El cree que ella piensa algo parecido sobre él y por eso ella sonrie cuando él mira sus labios.
El intenta no hablar, porque en ocasiones habla y cuando habla casi siempre aburre a todo el mundo menos a el mismo y eso comienza a agudizar el aburrimiento general del público presente. Se dedica a hacer caras mientras solo observa a ella mientras habla y sonríe. Tambien fuman un cigarrillo. La cerveza que piden se eleva en temperatura y la comida no les importa, aunque si la mencionan y la presentan imaginariamente, de mil maneras graciosas para llenar la mesa vacia.
Las otras mesas no importan, para que vean lo bien que estan. Así, sin nada, relajados fumando, con sus vestidos relucientes de ridiculez. Les muestran los dientes y afinan los ojos para que vean que tienen un detector de idiotas aburridos y son capces de señalarlos.
Ella se levanta al baño y él observa a la moza que le pregunta con los ojos si necesita alguna cosa más en la mesa. No, está completo así. Si por favor, eternizar el momento, suspender las obligaciones y los ratos de desconcierto por las calles cuando llueve y no tiene paraguas y espera el colectivo en el barrio de Flores a las seis de la mañana en un dia de invierno y no viene. Suspender la espera en una cola para buscar trabajo y tambien sacarle de encima las caras de siempre que esperan que él sea un gran tipo exitoso que pueda sacarles de encima las cosas que les enturbian la vida a los demás que no pueden por si solos con el aburrimiento que los vuelve esclavos que quieren venganza de la opresión que les pusieron con su numero de documento encima. Y sonríe para la foto, por lo menos por dentro.
Ella vuelve del baño y él vuelve a sentir el cuerpo. Ella está ahí de nuevo, nueva, con la mirada más clara, con más certezas o más dudas y él también. Hablan sobre las músicas que oyen y les gusta como suenan esas nuevas versiones a dúo, se sonríen y se miran. La comida ya está en la mesa, y se ve bien. Suena el teléfono de ella y cambia su mirada, su rostro se ausenta de la mesa y su voz cambia de colores a grises. Todo esta troquelado y vidriado en ese instante para él, su estomago se cierra y comienza a sentir que ingirío tornillos de acero oxidados. De repente una nube sobre la mesa empieza a llover a cantaros sobre él y la botellas que bebieron comienzan a caer en gotas acidas sobre su cabeza desnuda.
En un parpadeo de ojos está de nuevo en la parada del colectivo, observa los adoquines que me miran con gran calma y paciencia y parecen aleccionarlo solo con observarlo. Todo se funde y se vuelve mortuorio y eterno entierro. Ella termina la llamada. Y le dice - Tengo que irme -
El sonríe despacio para que no se le descoza la boca. - Bueno - contesta él. Salen, caminan en silencio, ya no estan ahí, solo los cuerpos estan yendo a sus respectivas celdas, la cabeza ya esta nuevamente habitando su karma de soledad. Todo termina ahí. En una esquina. Sin nada más que un beso en las mejillas, un abrazo liviano y un hasta luego. - Nos vemos - dice ella. - Nos vemos - dice él.
De nuevo está mirando los adoquines y entre ellos ve una mesa, una moza que les trae la cuenta, unos vasos y gente riendo atravéz de ellos medios vacios, la plata sobre la mesa, las empanadas sin tocar, todo frio. El se ve saludando a gente que no le interesa y a ella temblando de miedo de tener que ser de nuevo la segura, la adulta, la mujer que todos reclaman en su entorno. Y él lo mismo. U otro, o ella otra, y tal vez no sean ellos o quizá seas vos con otro o yo con otra u otro con otra. Quizá no hayamos sido nosotros en ese momento y eso me da una esperanza de no ser ese que mira los adoquines vacíos, vacío.

Desde el reflejo de las cucharas de postre de la mesa de un patio de un día domingo en Buenos Aires

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Resplandece en sus ojos una llave maestra
Un ave sobre las hojas
Y una rana salvaje rompe las rimas
Y sus ecos
Todo queda plasmado en un abrir y cerrar de ojos.

Desafiando a la sombra
Enroscada en la pierna de su amo, que se ríe indecentemente
Y con los ojos contentos, como si fueran hechos de porcelana…

Mientras las ramas del crudo otoño
Llenan con hojas todo su pelo
Y se sonríen las cenicientas
Mientras las otras
Bailan con sus maridos.

Comer una ciruela.

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Subo al árbol, tomo un fruto. Es una ciruela.
Desciendo del árbol. Observo la ciruela con la ingenuidad de un mono.
Me dirijo hacia una salida. No existe, la inevento.
Puede ser un living la salida. Camino con la ciruela en la mano engarrada.
La supuesta salida que era un living, se convierte ahora en una cocina con una mesa.
Abro la heladera. Dejo la ciruela en la heladera.
Me siento sobre la mesada de la cocina. Pienso, pienso en algo.
No se bien en que estoy pensando. Tal vez este tratando de evitar comer la ciruela.
La ciruela estaba al sol. El sol estaba como a las diecisiete horas del dia.
Un día. No importa cual día. No es hoy, es hace tiempo.
No importa tanto que cantidad de tiempo, pues no sé que cantidad exactamente.
Es verano en ese ahora. Verano de Marzo.
Vuelvo a mi mente en el cuerpo sobre la mesada de la cocina que tiene mesa.
Las sillas me resultan incomodas. Todas las sillas, no me gusta sentarme en sillas.
Sigo sin saber que pienso. Solo estoy ahí.
Comienzo a identificar cantos de pájaros.
No sé bien que pájaros, no sé mucho de áves.
En realidad creo que pienso sí sé de algo en particular.
No, creo que no. Y si fuera así, no estaria pensando solo en comer la ciruela.
La ciruela se está enfriando en la heladera.
Abro la heladera, la veo. Está ahí.
Engarro una jarra de agua fria. Tomo un sobre de jugo.
El jugo es de esos jugos de sobrecitos. El jugo es de naranja.
Preparo el jugo. Sigo aún sin saber en que pienso.
No sé en que puede hacer pensar a uno una cuchara haciendo ruido con una jarra de vidrio.
Pongamos un pensamiento, pienso en una chica.
Sirvo un vaso de jugo y lo bebo de una sola bebida.
El jugo era refrescante.
Nadie está en la casa. Huelo el pasto cortado de algún vecino.
Los pájaros cantan todos al mismo tiempo, pero hacen una música muy rara.
Combinan los sonídos. Parecen una orquesta.
Enciendo un cigarrillo.
Aún no logro precisar en que pienso realmente.
Aún soy niño en ese momento.
Niño de unos 11 u 12 años.
Sí, fumo.
Pero no logro precisar bien en que pienso en este momento o en esos.
Termino el cigarrillo. Mojo el cigarrillo con una gota que cae del lavatorio de la cocina.
No lavo mis manos y abro la heladera.
Recojo la ciruela que esta madura, siempre lo estuvo, durante todo el viaje del árbol hasta la heladera.
Es muy violeta, o púrpura o bermellón o como le quieran decír a ese color.
Para mí es violeta.
Vuelvo a observar la ciruela antes de comer, como antes cuando bajé del árbol con ella en mis manos.
Es bella, es violeta, es tierna y por dentro tendrá un carozo y será duro.
El carozo es la semilla, para que crezcan otros arbóles fuertes y sostengan a otros como yo que quieran comerse una rica ciruela.
Está muy fría y me gusta así en mis manos.
Le doy un mordizco. Es muy sabrosa y jugosa.
Solo dejo el carozo limpito y me voy al parque de atrás de la casa con el carozo en la mano.
El parque es grande y la puerta de entrada y de salida es la puerta de entrada y salida de la cocina.
Arrojo con todas las fuerzas que un niño de 11 o 12 años puede tener en su brazo derecho, el carozo al parque.
Antes de mirar a donde ha caido la semilla giro sobre mi eje y me voy a jugar con mis amigos que rebotan la pelota contra la parecita del frente de mi casa.
Ya sé en que pensaba antes y ahora.

Como?

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Como podria dejarme querer?
Como podria dejar tan simplemente que el sol me acariciara y yo no me quejase de sus rayos?
Como hacer para no estremecerme al tomar tu mano?
Como puedo renegar de que acaricies mi cabeza?
Quien tiene el valor de dejar caer sus espinos? quien?

Tengo rabia de saberme abatido sobre tus brazos.
Cuanto tiempo durará esto? Cuando saldrás por esa puerta?
Que es lo que hacés para dejar caer mis manos sin temblores sobre tu pecho?
Nunca sentiste un frio tan grande que ni mil hogueras podrian combatir?
Tengo tanto sueño cuando estoy despierto.

Como puedo ser yo mismo si tus manos me manejan como títere?
Bebo de ese vaso roto y me corto la cara.
La sangre cae sobre mis ojos y te digo que nunca te vayas.
Mientras el sudor se vuelve frio, tomás tus cosas y me besas la frente.
Nunca tuviste tanto frio?

Como podria dejarme querer?
El otoño me dice que el invierno será solo.
Y arruino todos los planes, los tuyos y los mios.
Me gustaria dormír y despertar algún día.
Todo so volvío tan cultural, tan pensado.

Sufrir es pecado, todos duermen con sus pastillas o placebos.
Tengo demasiado frio, y mi cara se parte.
Como podria dejarme querer?
Si luego te irás por esa puerta.

Regar

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Resuelvo no mirar la lluvia caer.
Llover, llover con ella.
Irme por una rendija junto a ella.
Siendo lluvia.
Fluyendo, lentamente.
Atravesando los tejados.
Ignorando al sol por completo.
Fluir, fluir entre las veredas.
Regar los campos verdes.
Anegar los desiertos.
Extinguirme en un maceta lentamente ante la mirada ignota de un nene.
Atravesar la tierra, penetrarla.
Ser alimento de las plantas.
Ser contenido del tallo de las flores.
Deseo infinitamente formar parte de alguna alcantarilla.
Ser completamente movimiento.
Eterno movimiento.
Ignorado movimiento eterno.

Sale el sol nuevamente, me evaporo junto a él...

Que...

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Que se supone que haga?
Cuando me acerco a un puesto agradable que esta junto a una panaderia que me acosa con su perfume en la mañana y me acerca sin represiones hasta su mostrador y me domina el deseo del manjar caliente.
Que se supone que haga si al salir me encuentro con un montón de obreros que ya no lo son y que ahora estan convertidos en letras aplastados en un prensa sobre un papel que fue manufacturado por los mismos para que yo lea en el confort de mi hogar saboreando los dulces y me indigne con un pedazo de factura pensando en que todo sigue a rítmo y conciencia del mismo que come y saborea su manjar contandome que miles de personas estan quedando en la calle y sin trabajo y como si nada el sol sigue brillando intacto.
Que se supone que hay que hacer? Voy a los crucigramas?

Es de noche

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Los vuelos nocturnos de murciélagos que irrumpen los sueños de los más débiles hijos de los que han sido perseguidos, trastornan el sueño apacible del adulto lactante de paciencia.
Sus maniobras escasas, por el eco de los roedores de suelos en sus auditivos sentidos desdibujados por las nubes de tormento nocturno, les impiden una vuelta a sus cuevas sin disturbio alguno.
Las llamas de los encendedores de fantasias se apagan por el golpe que dan estas aves nocturnas contra los frios vidrios que encierran el paisaje.
Estrechos los rumbos y las rutas de escape, agudizan el desarrollo inevitable de los callos de sus alas.
Sus caidas constantes eternizan el terreno y los junta como hojas de otoño en las veredas de Abril.
El paramo alfombrado de alas y de sangre adornan la ciudad, un constante zumbido de motores y neuronas se vuelven somníferos erficaces.
Las almas de los santos alteran la vigília.
El resplandor de la luna se acongoja en un umbral de una calle de antes, y un cantar de sirenas da música a la escena.
Ojos pardos brillantes se ríen de este loco.
La luna vacilante, ensaya una canción de amor para los sordos.

No muy bueno, pero exfoliante

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Camino y camino, luchando contra mi motricidad, deteriorada por el tabaco, el trabajo, el temor a andar suelto en mar sin ancla...
Miro cada cosa y cada instante, y reacciono con lentitud a todos los estimulos...
La locura colectiva me lleva a pensarme un raro, no un exentrico, un raro, un bicho con la cabeza de una mangosta de color purpura y el cuerpo de un títere hecho de porcelana y cubierto con lanas fluorescentes.
Camino erguido, recto, por momentos me desestructuro, me hierve la cabeza pensando en la mirada ajena, el juicio ajeno...
Una especie de orgullo cósmico me dice que estoy bien así, y todos comienzan a ser extras, presonajes sin vida propia, sin destino elejido, cada uno de ellos me muestra su vestido o su ocupación con orgulloso y recto rostro, alguna que otra mirada detrás de una piel macilenta y envejecida me dice que no renuncie, "no renuncies a eso pibe!"...a que? a que?? no lo sé, solo sigo caminando y me saco de encima cada vista sobre mi osamenta, no soy una escultura física, todo lo contrario, parezco un ladron del espacio, un carterista de materia...
En todo el trayecto y el paseo, significo las muertes y las vidas de todos, doy amor y cargo con estrecha locura y pesimismo a cada imagen vital que se me presenta, el resto es de piedra...
Cuido mis manos en los bolsillos, alguna vez pensé en que seria de mi sin ellas, sin mis manos, ellas son todo, más que yo...
Pienso en vos y tambien en vos y tal vez aparezcas vos en ese lugar acontecido y desproporcionalmente lejano y cerca...Sos una..esa, de siempre, de nunca , de jamás, de eternamente...
Me detengo en el semaforo y de repente cruzás sonriendo, no puedo sostener más que el gesto de un payaso blanco que durmió en un callejón durante días. Acaricio mi cabeza emulando el contacto y luego sonrio solo, como un tonto onanistamente, y sé que volveré a verte otra vez el proximo día que me digas " quiero dormír con vos" con otro cuerpo y otro pelo, pero con el mismo olor que sembramos en el aire y los mismos reproches de deseo y nesecidad de eternidad de ese momento.
Sigo viedo todo, alguien me ve y se rie, no es una risa amistosa es una risa burlesca, parece que alguien no está seguro aunque el que atravieza ese llano soy yo y me infundo seguridad en un espejo continuo, soy yo, el de siempre y esta bien...está bien?
Fascismo, Facismo, Fachismo...todavia existe, todos quieren ser más que otros y quieren chuparte la sangre para descansar, y seguramente quieren dormir con tu mujer y cojerla con violencia y luego rei y emborracharse solo hasta brotarse y romper alguna cosa para dormir sin tensiones y descansar sobre alguien..
Me ínmolo en los ojos de los perros y sigo entrevistandome a mi mismo, pero ya se acerca el hogar y la cotidaneidad de sentirse cerca me hace caminar hasta el mercado y vuelvo a ver los mismos rostros que planean eternizarse en mis recuerdos hasta el día de mis ocasos...

Tabaquería - Fernando Pessoa

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No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.

Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.

Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.

He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla. ¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas convicciones!
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más convincente o menos convincente?

No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos momentos genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol verdadero
ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo
y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrechado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.

(¡Come chocolatinas, pequeña,
come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las chocolatinas,
mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)

Pero por lo menos queda de la amargura de lo que nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.

(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno -no me imagino bien qué-,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar, que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo esto es extranjero, como todo.)

He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime.

Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.

Pero el propietario de la tabaquería ha asomado por la puerta y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra, y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.

Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido, humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia de encontrarse indispuesto.

Después me echo para atrás en la silla
y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.

El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(El propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós, Esteves! , y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza, y el propietario de la tabaquería se ha sonreído.

Ventanas y agujas

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No importa, no importa cuanto ni cuando,
ni siempre, ni nunca,
ni antes, ni despues,
ni mañana ni pasado, ni nigún parametro de tiempo.

El tiempo no existe, por eso no sufro algunas catástrofes banales
No me interesan, no me importan, todos se compenza nuevamente con algo diferente y nuevo.
La lluvia me llena de esperanzas, se me antoja una noche y la busco o simplemente la espero.
Los días acontecen unos tras otros y lo único que busco en ellos es amor, de una cosa o la otra, de un alguien o de mi mismo.
Es certero el corazón.
No pienso en el devenir, porque lo mio siempre es ir, lento, rapido, corriendo o a gatas, no me hace sufrir la velocidad del minutero.
Sigo unicamente mi latido, a paso del bombeo.
Mi motor no es anunciante, por eso me gusta cuando te enteras de esas inescrupulosas dudas que aveces me aturden, solo son hojas de otro color pero que igualmente serán fundidas por el fuego de mi corazón, aveces apático otras, simpático.
Soy un corazón, simplemente, diezmado de razón pero con una idiotés casi perfectamente inocente.
Sonrio y sigo el caudal de este río sin fín, eternamente...

minuto 0

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Una agonía de hombre que no fue ni puede, que llora por lo perdido y se vuelve pasado, permanentemente pasado, que cree ignorar al sol y este ni se inmuta pues desconoce todo lo que no brilla frente a su soberbia empatia…
El antes se vuelve desgracia, y el hoy se vuelve anhelo…
Desparramado en la nada, acariciando un terciopelo desde la vidriera se corta sus manos y las deja amputadas sin hervores, frías como el deseo de un maniquí…obsoleto, sin rumbo…
El recuerdo le juega malas pasadas, la sabiduría de un tonto que juega a mirar el juego y que ronca con desprecio.
Olas de antaño empañan sus ojos y el alma, de un amor de pasa de uva que fue parral y se escondía de él, solo, como jugando a querer ser vino, ahora solo esta en una heladera pudriéndose de soledad, con la mirada cansada de los deseos vacíos de cordura y de comprensión…
Harto de estar cansado de pone solo el hielo en los chichones, se acomoda en una camilla y se despide sin decir adiós, se despide de el mismo y se acuesta a esperar la muerte que lejos ya no debe estar, y por lo único que sufre es por haber develado este misterio, que algún imbecil tal vez se ponga a copiar…

25-12-2008 - Regalo navideño

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Ya no hacemos el amor…solo dormimos juntos, no dormimos, solo eyaculamos…nos ayudamos tristemente a despedir ciertas toxinas de la piel y a liberar endorfinas y a saciar el deseo individual que va cegando el paso y entorpeciendo el habla para solo ser ojos y bocas y manos que se rozan y los sentidos que quedan expuestos a la función más esperada, la noche mágica del estreno, el eterno estreno de ese monologo que se va relatando mientras deshojamos con crueldad la margarita del alma y la miramos ya casi pelada con desprecio, sin ningún tipo de convicción, solo una única razón, la supervivencia y dejamos, dejamos lo que nos parece ya viejo, el motor de juventud, de añorar lo que fantaseamos…los relojes suenan menos tiempo antes de tener que irnos y la luna, que es una vieja maestra de piano, está jubilada y divorciada del sol, el ya no alcanza con sus caricias, su hemisferio más oscuro, por eso se ha puesto dura y testaruda.
Antes olíamos el pasto acostados sobre él y mirábamos estrellas, pero de repente ya no somos tan tontos y tenemos que pensar menos. De repente el aire que respirábamos de la boca del otro ya no es tan especial, existen otras bocanadas y babas, las hay por doquier. Nunca voy a poder amar los colectivos de unipersonales que no hacen más que subsanar heridas junto a otros que están en el mismo plan, prefiero el sosiego aunque duela y si que duele…
Cuando te canses de andar voy a ver.

Cosas que a veces suceden

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Pasa que a veces no tenés ganas de ver eso.
Pasa que no siempre te hace reír.
Pasa que no está bueno verse.
Pasa que siempre es mejor lo obvio.
Pasa que no está de moda ser sensible.
Pasa que no siempre nos toca la suerte en gracia.
Pasa que después sí viene el invierno.
Pasa que también el corazón envejece.
Pasa que los domingos se vuelven tristes por la mañana y prefiero dormirlos.
Pasa que nunca te dicen no.
Pasa que yo toqué la piedra.
Pasa que hablé de más.
Pasa que a veces me voy de viaje.
Pasa que siempre vuelvo a casa.
Pasa que vos no estás.

El hombre del hueco en la cara

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Era eterno en sus campos, sus soles lo iluminaban con fidelidad cada mañana y cada tarde.
La luna lo contemplaba y escuchaba sus avatares diurnos y de noches largas también.
Compartía con manos todo tipo de alegría, cantaba los mediodías y por las noches silbaba.
Entre tanta algarabía hubo algo que sentía, se acordaba que allá afuera la vida de otros había.
Un día como cualquiera tomo su mejor camisa, y apoyado por la brisa que siempre le respondía, salió a verse en el espejo que el mundo le ofrecería.
Se encontró con un conejo que aturdido lo veía, y siguió por senda que la calle le ofrecía, hubo perros, hubo gatos, hubo caballos y chanchos, pero se encontró con uno que hablaba su melodía.
"Antes que nada, buen día!" dijo alegre nuestro hombre, pero el al mirarlo a los ojos lo observó como lucia.
Pálido y fantasma respondió el rostro del vecino, mientras su boca mentía y le deseaba "buen día"
Siguió sin perder el ritmo, nuestro amigo el caminante, que ansioso observaba al resto que entre el resto se escondía.
"No será este, para todos un buen día" imaginó el caminante, pues veía que distantes lo observaban con ausente cortesía.
Cayó el sol sobre su espalda y ya tanto le pesaba que pego la vuelta a su rancho, a ver como estaba su campo y toda su compañía.
El sol, la luna, las vacas, los conejos y las nutrias, sin olvidar los naranjos que ricos frutos tenía.
Al pasar por una tienda un espejo el encontró y se observó sin respeto y sin temor de ser un bufón.
Con espasmódico llanto observó sin terminar, cada parte de su rostro por si alguna había de faltar.
Un agujero encontró entre medio de sus cejas, y observó con claridad que se trataba de una grieta.
Muy profundo tomó aire para evitar el desmayo, pero se dio cuenta pronto que pulmones no tenia.
De repente la sequía que le brindaba a su alma, al perder toda la calma con el espejo ese que había, se le fue instalando pronto una nube pasajera, que la ver que tenia espacio, libre y sin objeción, se instaló para siempre dentro de sus corazón.
Ya no veía los soles de cada mañana el hombre, ni las plantas ni el naranjo a sus cantos respondían.
Solo la luna crecía dentro de su corazón y de blanco pálido bañaba, el resto de sus tristes días.

Mañana en la casa del tejado

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10 de la mañana, pijama, madre ausente, hermana durmiendo...En La heladera leche y el tarro de Nesquik en la alacena de la cocina. Me ausento del mundo y sus obligaciones y me preparo para beber mi chocolatada y escuchar a "Los bitles", como los llamaba a los 8 años. Pongo el tocadiscos, Winco. en el primer tema del lado b, hEY jUDE. En verdad no sé lo que decia la letra pero era la musica más marvillosa del mundo y todas las mañana repetia la rutina de oirla una y otra vez hasta tener que irme a la escuela que quedaba al lado de mi casa del barrio Alberdi.
No puedo no llevarme ese momento de la vida al permanente recuerdo antes de irme de este mundo.
Solo eso. quiero volver un rato más a estar en medias sobre las ceramicas en cuadros de color bodeaux y amarillo, mirando el reflejo del sol de por la ventana que daba a mi maravilloso parque de niño, sentado a lo indio, oyendo la eternidad. Tocala de nuevo John...

...

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No me interesan tus líos ni tus condolencias, no soy bueno para dar abrazos de consuelo ni para abstenerme de recibirlos.
Canto solo y suena bien mi canto, mi oído esta en el río y es un río que no cesa.
Mis revanchas son contra mí mismo, pero duele con el tiempo la indolencia.
Tengo también arrebatos carnales y son puros como el aire.
Voy ciego a veces por las calles y no se aún si son calles o son nubes.
El terreno a veces esta seco y no estoy seguro que sean tantas flores las que he de plantar.
Huyo como los murciélagos hacia la luz en busca de un golpe que me cierre los ojos que arden de tanto ver.
Tengo seca la voz y catarro en el alma de tanto fumar el silencio.
Las segundas partes no siempre tienen buen final.
Si vivo esta vida de otros es porque cuido la mía y no me arrepiento de que me hayan escupido. El pañuelo con que me seco está limpio aún.
Porque pensás que son todos tan tontos como para creer que sos tan vivo?
A mi no me interesa el secreto de la eternidad. Yo soy la eternidad en cada instante.
Vos nos sabés nada de eso porque no te lo venden en ningún lado y tu manera de conseguirlo se devalúa en tu falsa esperanza de ser tu propio dios y no te animas a limpiar los hilos de títere que en el fondo de tu almohada te acaricia la cabeza y te dice hasta mañana.
Las luces prendidas no dicen más que tu miedo a las claras.
Si no me interpretan no me acongoja yo puedo caminar descalzo sin zapatillas todo terreno.
Soy mi sol y sin fin.
No me interesan tus varietales de saber general, yo no quiero ninguna medalla.
Armo mi propio lecho porque vos sola sabés como el tuyo huele.
Prefiero ser el sol que choca contra tu armadura.
No me ato a ningún puerto porque mi barco es aventurero y no temo a las olas, el mar es eternamente sabio.
A lo único que temo es a tu miedo y sin medir tus congojas puedo decirte que una sola es la que desencadena las otras miles.
No me interesa que me entiendas ni me expliques, yo no entiendo tu idioma.
Salvo la luna de todo esto porque es mi amante eterna y con cursilerías y todo sale conmigo a pasear.
Ahogate en tu mar de soberbia banal de mierda.

El reloj

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Tengo el estomago vacio de tanto comer
La espalda dolorida de hacer natación
La nariz sequita de tanto moco
Los pulmones limpios de tanto fumar
Los brazos grandes de tanto sedentarismo
La cabeza vacia de tanta información
El sexo erecto de tan poco deseo
El corazón agitado de tanto estar quieto
Y arrugado el semblante de tanto reir

La gota que rueda por el cuello

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Me gusta, me gusta. Me afano en eternizarlo. Me ezcurro y me sienta bien, sos mi esponja o mi espejo. Me duele no ser tan certero. Me vuelve loco el ansia. Trato de lastimarte con un caramelo. Entre tus piernas. Me da temor ver tan claro el jardín en tus ojos. Sos la única flor pero no quiero que lo sepas nunca. Intento siempre pero siempre pasar mi mirada babosa por delante tuyo sin que te dés cuenta jamás. Huirias despavorida porque temés. Yo tambien tengo miedo, pero como me encanta estar entre tus piernas, tan dóciles, tan fuertes. Te tengo o no. Vos me tenés o no. Me encanta estar entre tus piernas. No quiero que termine ese instante. No quiero volver a tomar el colectivo nunca más.

La ERA del Reaggetón

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Es una humilde interpretación desde mi mediocre mirada.
Pienso que es un música o un sonido que despierta pasiones y genera adeptos por doquier...El reaggetón ha poblado nuestras radiso y nuestors boliche y se ha adentrado en nuestras vidas con sutiles melodia sampleadas y remixadas con bases africanas que se reiteran una y otra vez, mezclando fortuitamente voces y ritmos de salsa bien pegadizos. Exelente idea, muy comercial y muy pegadiza la musiquita, pero lo que no logro entender es porque volvimos a la idea machista de que las mujeres solo tengan que tenr buenas tetas y buenos culos (impresionantes realmente)y con vestimentas entre deportivas y con pieles y con colores estrafalarios y zapatillas gigantes bailen detrás de un morocho que le dice todo el timepo que "muevan" "caliente" meneo" zandunga" agarrame de acá" movete para allá" y ellas felizmente se agachan y posan sus partes traseras como diciendole al mundo " LAS MUJERES EN TODOS ESTOS AÑOS DE OPRESION Y DE OCUPAR UN LUGAR DE PERPETUO DOLOR Y REPRESION QUERIAMOS OCUPAR ESTE LUGAR" ??? Otra vez? despues de tanto tiempo, la mujer vuelve a ocupar un lugar privilegiado, es linda, tiene cuerpo exuberante y sigue agachandose a la orden del hombre para que le den por culo...
No sé cuales serán las opiniones femeninas con respecto al caso, pero logro disipar entre las multitudes a las hembras ardiendo al compás del reaggetón agitando sus hermosas caderas y pidiendo más Gasolina.
Que pensarán las mujeres grandes de la historia que han luchado por la igualdad de los sexos en las decisiones que refieren al planeta??
Azuquitaaaaa!

El terreno no ayuda

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Me pregunto si alguna vez han hecho el intento de hacer una huerta, es bien simple y aburrido...
Comenzamos midiendo la capacidad de fertilidad del terreno que deseamos sembrar, tiramos una semilla y la dejamos bajo unos 25 centimetros de tierra, obviamente luego de hacer el zurco correspondiente que no es más que cavar una pala y realizar con cuidado una especie de acequia, obviamente sin agua, en relidad más que una acequia, seria como un mini valle para playmobíl´s.
Luego de este transpirante suceso, ejercemos el efecto casi insipido de arrojar la semilla y presionarla sobre la tierra hasta que no podamos verla(si quieren pueden ponerla a unos 25 centimetros o los que sea necesario o los que les dé la gana) Luego nos olvidamos completamente de la semilla y nos vamos a beber un buen mate con galletitas terepín, sabemos todos que son las famosas pepas, pero en este caso la palabra "pepa" podria ser ejecutada de manera incociente en el inconciente de algún drogón y no queremos tener nada que ver con la apologia a las drogas sinteticas o de laboratorio.
Luego de beber los ricos mates junto a una bella damisela, la cual en mi caso perpetuaria en mi cabeza sin nombre o sin posibilidad de acceso a ella, teniendo en cuenta mi presente amoríl(no es un remedio drogón!)
Luego de que la vida cotidiana nos lleve por sus senderos casi absurdos y sin retorno del tiempo perdido, continuamos, ya psados unos 20 dias mas o menos, según el caso seria 19 o 30. Ejemplificaremos conlas cosas que me suceden a mí, porque soy el que escribe estas ridiculeses y este es mi blog y punto. Entonces, una vez pasados los 45 días, volvemos al terrunio de siembra para incentivar el crecimiento y controlar la fertilidad del terreno...Observamos que donde dejamos la semilla tenemos una valija de color cocodrilo, con manijas de marfíl..ajá, automaticamente imprivisamos una especie de tranquilidad y ductilidad para acercarnos al lugar de los hechos y consultamos mediante nuestra manos venosas y flacas, el interior de esta sorpresiva valija y no encontramos nada más ni nada menos que un chancho negro que nos dice febrilmente oiiiiik!oiiiiiik! Que hacer!! se preguntará mi estimado lector ante esta significativa situación que nos deja absortos como monos con rollers en una carrera de caballos.
Simplemente aconsejo tomar una masa y matar al chancho con un golpe, situación un tanto engorrosa pero que dejará entrever automaticamente nuestra condición de cazadores furtivos y carnivoros que llevamos dentro. Luego de tamaña conmocion por los aullidos del chancho en nuestro devilitados oidos musicalizados permanentemente con caciones de Juanes o de Diego Torres gracias a La 100, 99.9 frecuencia modulada, encendemos un fuego y vamos en busca de la parrilla y compramos un buen vino Malbec, una cosecha minima de 2 o 3 años antes e invitamos a un amigo con el cual hemos perdido una partida de ajedrez la semana pasada y hemos quedado re calientes por tal acontecimiento.
Buen provecho!

No continua lo otro...

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Ir a tomar el bondi (parte inicial)

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Me levanto temprano(temprano: es cuando es menos que las 10am)me dirijo al baño,ya en la puerta de mi pieza me encuentro con un ser borrornosamente horrendo...Chango. Quien es Chango?, mi perro, horrible mezcla de ovejero con salchicha y bichon frisse, pero ningún rasgo de alguna de esas hermosas razas, Chango es terriblemente feo, único en su especie, hiperquinéticusnerviosusolorificus seria en latín.
Hasta que no entro al baño y me encierro en él, recorro 50 cmts. de distancia de una puerta a la otra entre saltos y manifiestos vehementes y pavorosamente alegres de esta criatura que un día acepté en mi casa...Ya para esos momentos el humor de un sacerdote descubierto en plena masturbación en un baño de un mc donalls del vaticano es nada en comparación con el mio. Al mirarme al espejo sostengo mil veces que mi vida es aún más desgraciada desde que este bicho fogoso y terriblemente cariñoso ocupa un lugar en mis días. Pienso en los daños hechos alguna vez a otras personas, en mis compañeros de secundaria a los cuales ponia apodos y molestaba junto a otros complices y de los cuales yo me reia y burlaba permanentemente, de aquella señora que subió al colectivo mirandome para que le dé el asiento y yo mirandola con cara de " jodasé vieja chota, aún puede estar parada", de tal vez algún escupitajo desde un balcón en mis días de infante o quizás de los sapos que habré reventado contra el el paredón del fondo de mi casa en barrio Alberdi(que no es en Cordoba culiao!)
De repente, los ojos que me ven me preguntan ¿Porque mierda aceptás un perro de alguien a quien apenas conoces?Enseguida comienzo a tejer hipotesis sobre la existencia del Diablo o de el posible enojo de Dios, por decir permanentemente que no creo en él, siendo que alguna vez le he pedido cosas, tal vez esté anotado en el veráz de los cielos o de donde mierda quede esa vida exquisita que nos inventaron cuando eramos chicos y teniamos que portarnos bien a cambio de un pedacito más de ese perdón (perdón de que? Yo no hice nada, solo nací)
Para estos momentos ya hemos encendido la ducha, que no es de las mejores y aprovecho para decir que envidio con todas mis fuerzas a quienes ostentan esas maravillosas duchas con agua caliente regulable y con fuerza, la mia es solo un ducha más de esas a las que uno putea todos los dias (y sobre todo en invierno)y les adjunta una especie de sensación de que está viva y tmb quiere torturarme, como el perro (Del cual profundizaremos en otra narración, porque tiene en su haber el homicidio de otra mascota que habitaba el hogar y el daño de todos los muebles y cosas que encuentra a su tremebundo paso). La ducha, tibia, siempre, siempre tibia, penosamente tibia, como una empanada de jamón y queso tibia, y todos sabemos lo que es una empanada de jamón y queso tibia. Luego el momento de salir del baño en cual ya estamos transformados en un gladiador romano, e impulsamos con nuestra mejor pierna al bárbaro que en este caso tiene forma de perro feo; El huye despavorido salvando su cabeza de un hematóma gravitante y me introduzco nuevamente en mi cuarto, al cerrar la puerta reparo en que todo es un caos y que algún desquiciado anduvo revolviendo mi ropa por todo el espacio y desparramo todas las medias sobre el piso para que yo no pueda encontrar ninguna, busco en el cajón, medias divergentes, una de cada color y talle,"no importa, hoy (como en tantos días) no me acuesto con nadie"...pantalón de jean sagrado, sagrada vestimenta campechana con origenes de norte del continente y adoptada por nuestra civilización como prenda usual y bien parecida para cualquier caso, amo los jeans, en este caso adoptan una figura bienhechora, "los jeans están de mi parte!" y luego huelo todas las remeras posadas sobre la silla a ver si puedo volver a usar una para prolongar un dia más la visita al lavadero de Luna (así se llama el lavadero de la china de la esquina de mi casa que me pregunta cosas que no entiendo y creo que le puedo contestar con total impunidad porque no creo que entienda ni el 50% de las cosas que le digo)Tomo alguna de las usadas al azar o lamento sino ponerme una de las remeras que me hacen sentir "San Remera" : San Remera es un tipico personaje de la urbanidad, un héroe anónimo que cada uno tiene o que todos celebran cuando sienten que están medios para abajo o que sus autoestimas penden o dependen de un hilo...Hoy es San Remera!
Doy vueltas, las llaves, "donde dejé las llaves?" Ahi lanzamos la primer puteada al aire cuando vemos que el reloj se empeña en marcarnos la falta, la impuntualidad, lo desastre que seguimos siendo a pesar de los años y que si de nosotros dependiera la vida del mundo tranquilamente podriamos comenzar a preparar su velatorio luego de transpiraciones y vacilaciones vertiginosas inconexas y de índole autorepresivas...
Salimos a la calle, espejo de edificio mirado de refilón, que nos murmulla al oido lo bien que estariamos acostados duermiendo en lugar de salir a la calle con "San remera?" titubeos acerca del poder de nuestra super prenda quién alguna vez ha conquistado alguna señorita y que por eso le damos el crédito correspondiente...Evito mirar mi cabello, el es el peor enemigo, solo se porta bien cuando lo observo con cautela y lo acaricio con mesura, "el pelo es mujer!"con todo lo que ello significa y sin herir suceptibilidades de ninguna fervorosa pro-femina.
Oimos la puerta cerrarse y salgo... Buen dia! "Buen dia?"...

Este relato continuará en otra ocasión, mañana tengo que hacer algo parecido a lo antes descrito y no es muy alentador.