Pavadas de loco

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Me llora un ojo... el otro llora de envidia y asi mientras cae un rayo,
la lluvia obsenamente llena todo el espacio con estruendosas gotas que inundan mis deseos de desahogo sobre tu oido distante y seco, tu oido de casa abandonada y de jardín de ceramicas.
La tierra de mis adentros va mojandose y se hincha.
Salen los sapos y saltan de par en par de una incognita a la otra,
y debajo de tu paraguas transparente puede verse el cielo refunfuñando de celos.
Alabados sean los dioses de la naturaleza que empujan los cantaros desde el cielo, uno a uno hacia nuestras sequias coloquiales y triviales que nos dejan perplejos, con escoliósis de amor. Y después de la tormenta? Después de la tormenta se reconstruye el terreno, y vuelve el agua a su cántaro del cielo, en el tobogán del sueño para esperar la proxima vez que quiera tirarse de cabeza a nuestras resecas existencias, para aliviarnos la rigidez de nuestras duras cortezas formadas por los años de intenso devenir sin rumbo.

viento

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Si entendieras la poesia de los nobles locos de amor
la razon y las certezas se volarian en pedazos
Arrancarias a la luna de la noche y la colgarias sobre tu techo
hablarias con el sol para que no seque algunas flores de tu terrunio,
con sus infernales horas de rabia

Si yo pudiese enteder cual es la forma de entrar en tu jardin
solo saltaria a ello y tomaria tus brazos y los pegaria a los mios
perdiria permiso a tu madretierra para sacarte un rato de la raiz
y llevarte a dar un paseo por mis cultivos de siempre
Han crecido unos tomates, nuevos, que nunca en la vida

Son todas mias las anecdotas, son todos tuyos los tomates

Si pudiese arrojar semillas para cultivar la razon
las tiraria sobre mi terrunio
yo solo quiero compartir tus frutos, bajo el sol, bajo la luna
Bajo la sombras que dá la parra en las tardes de verano.