No muy bueno, pero exfoliante

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Camino y camino, luchando contra mi motricidad, deteriorada por el tabaco, el trabajo, el temor a andar suelto en mar sin ancla...
Miro cada cosa y cada instante, y reacciono con lentitud a todos los estimulos...
La locura colectiva me lleva a pensarme un raro, no un exentrico, un raro, un bicho con la cabeza de una mangosta de color purpura y el cuerpo de un títere hecho de porcelana y cubierto con lanas fluorescentes.
Camino erguido, recto, por momentos me desestructuro, me hierve la cabeza pensando en la mirada ajena, el juicio ajeno...
Una especie de orgullo cósmico me dice que estoy bien así, y todos comienzan a ser extras, presonajes sin vida propia, sin destino elejido, cada uno de ellos me muestra su vestido o su ocupación con orgulloso y recto rostro, alguna que otra mirada detrás de una piel macilenta y envejecida me dice que no renuncie, "no renuncies a eso pibe!"...a que? a que?? no lo sé, solo sigo caminando y me saco de encima cada vista sobre mi osamenta, no soy una escultura física, todo lo contrario, parezco un ladron del espacio, un carterista de materia...
En todo el trayecto y el paseo, significo las muertes y las vidas de todos, doy amor y cargo con estrecha locura y pesimismo a cada imagen vital que se me presenta, el resto es de piedra...
Cuido mis manos en los bolsillos, alguna vez pensé en que seria de mi sin ellas, sin mis manos, ellas son todo, más que yo...
Pienso en vos y tambien en vos y tal vez aparezcas vos en ese lugar acontecido y desproporcionalmente lejano y cerca...Sos una..esa, de siempre, de nunca , de jamás, de eternamente...
Me detengo en el semaforo y de repente cruzás sonriendo, no puedo sostener más que el gesto de un payaso blanco que durmió en un callejón durante días. Acaricio mi cabeza emulando el contacto y luego sonrio solo, como un tonto onanistamente, y sé que volveré a verte otra vez el proximo día que me digas " quiero dormír con vos" con otro cuerpo y otro pelo, pero con el mismo olor que sembramos en el aire y los mismos reproches de deseo y nesecidad de eternidad de ese momento.
Sigo viedo todo, alguien me ve y se rie, no es una risa amistosa es una risa burlesca, parece que alguien no está seguro aunque el que atravieza ese llano soy yo y me infundo seguridad en un espejo continuo, soy yo, el de siempre y esta bien...está bien?
Fascismo, Facismo, Fachismo...todavia existe, todos quieren ser más que otros y quieren chuparte la sangre para descansar, y seguramente quieren dormir con tu mujer y cojerla con violencia y luego rei y emborracharse solo hasta brotarse y romper alguna cosa para dormir sin tensiones y descansar sobre alguien..
Me ínmolo en los ojos de los perros y sigo entrevistandome a mi mismo, pero ya se acerca el hogar y la cotidaneidad de sentirse cerca me hace caminar hasta el mercado y vuelvo a ver los mismos rostros que planean eternizarse en mis recuerdos hasta el día de mis ocasos...

Tabaquería - Fernando Pessoa

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No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.

Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.

Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.

He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla. ¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas convicciones!
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más convincente o menos convincente?

No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos momentos genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol verdadero
ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo
y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrechado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.

(¡Come chocolatinas, pequeña,
come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las chocolatinas,
mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)

Pero por lo menos queda de la amargura de lo que nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.

(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno -no me imagino bien qué-,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar, que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo esto es extranjero, como todo.)

He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime.

Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.

Pero el propietario de la tabaquería ha asomado por la puerta y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra, y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.

Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido, humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia de encontrarse indispuesto.

Después me echo para atrás en la silla
y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.

El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(El propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós, Esteves! , y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza, y el propietario de la tabaquería se ha sonreído.

Ventanas y agujas

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No importa, no importa cuanto ni cuando,
ni siempre, ni nunca,
ni antes, ni despues,
ni mañana ni pasado, ni nigún parametro de tiempo.

El tiempo no existe, por eso no sufro algunas catástrofes banales
No me interesan, no me importan, todos se compenza nuevamente con algo diferente y nuevo.
La lluvia me llena de esperanzas, se me antoja una noche y la busco o simplemente la espero.
Los días acontecen unos tras otros y lo único que busco en ellos es amor, de una cosa o la otra, de un alguien o de mi mismo.
Es certero el corazón.
No pienso en el devenir, porque lo mio siempre es ir, lento, rapido, corriendo o a gatas, no me hace sufrir la velocidad del minutero.
Sigo unicamente mi latido, a paso del bombeo.
Mi motor no es anunciante, por eso me gusta cuando te enteras de esas inescrupulosas dudas que aveces me aturden, solo son hojas de otro color pero que igualmente serán fundidas por el fuego de mi corazón, aveces apático otras, simpático.
Soy un corazón, simplemente, diezmado de razón pero con una idiotés casi perfectamente inocente.
Sonrio y sigo el caudal de este río sin fín, eternamente...

minuto 0

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Una agonía de hombre que no fue ni puede, que llora por lo perdido y se vuelve pasado, permanentemente pasado, que cree ignorar al sol y este ni se inmuta pues desconoce todo lo que no brilla frente a su soberbia empatia…
El antes se vuelve desgracia, y el hoy se vuelve anhelo…
Desparramado en la nada, acariciando un terciopelo desde la vidriera se corta sus manos y las deja amputadas sin hervores, frías como el deseo de un maniquí…obsoleto, sin rumbo…
El recuerdo le juega malas pasadas, la sabiduría de un tonto que juega a mirar el juego y que ronca con desprecio.
Olas de antaño empañan sus ojos y el alma, de un amor de pasa de uva que fue parral y se escondía de él, solo, como jugando a querer ser vino, ahora solo esta en una heladera pudriéndose de soledad, con la mirada cansada de los deseos vacíos de cordura y de comprensión…
Harto de estar cansado de pone solo el hielo en los chichones, se acomoda en una camilla y se despide sin decir adiós, se despide de el mismo y se acuesta a esperar la muerte que lejos ya no debe estar, y por lo único que sufre es por haber develado este misterio, que algún imbecil tal vez se ponga a copiar…

25-12-2008 - Regalo navideño

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Ya no hacemos el amor…solo dormimos juntos, no dormimos, solo eyaculamos…nos ayudamos tristemente a despedir ciertas toxinas de la piel y a liberar endorfinas y a saciar el deseo individual que va cegando el paso y entorpeciendo el habla para solo ser ojos y bocas y manos que se rozan y los sentidos que quedan expuestos a la función más esperada, la noche mágica del estreno, el eterno estreno de ese monologo que se va relatando mientras deshojamos con crueldad la margarita del alma y la miramos ya casi pelada con desprecio, sin ningún tipo de convicción, solo una única razón, la supervivencia y dejamos, dejamos lo que nos parece ya viejo, el motor de juventud, de añorar lo que fantaseamos…los relojes suenan menos tiempo antes de tener que irnos y la luna, que es una vieja maestra de piano, está jubilada y divorciada del sol, el ya no alcanza con sus caricias, su hemisferio más oscuro, por eso se ha puesto dura y testaruda.
Antes olíamos el pasto acostados sobre él y mirábamos estrellas, pero de repente ya no somos tan tontos y tenemos que pensar menos. De repente el aire que respirábamos de la boca del otro ya no es tan especial, existen otras bocanadas y babas, las hay por doquier. Nunca voy a poder amar los colectivos de unipersonales que no hacen más que subsanar heridas junto a otros que están en el mismo plan, prefiero el sosiego aunque duela y si que duele…
Cuando te canses de andar voy a ver.

Cosas que a veces suceden

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Pasa que a veces no tenés ganas de ver eso.
Pasa que no siempre te hace reír.
Pasa que no está bueno verse.
Pasa que siempre es mejor lo obvio.
Pasa que no está de moda ser sensible.
Pasa que no siempre nos toca la suerte en gracia.
Pasa que después sí viene el invierno.
Pasa que también el corazón envejece.
Pasa que los domingos se vuelven tristes por la mañana y prefiero dormirlos.
Pasa que nunca te dicen no.
Pasa que yo toqué la piedra.
Pasa que hablé de más.
Pasa que a veces me voy de viaje.
Pasa que siempre vuelvo a casa.
Pasa que vos no estás.

El hombre del hueco en la cara

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Era eterno en sus campos, sus soles lo iluminaban con fidelidad cada mañana y cada tarde.
La luna lo contemplaba y escuchaba sus avatares diurnos y de noches largas también.
Compartía con manos todo tipo de alegría, cantaba los mediodías y por las noches silbaba.
Entre tanta algarabía hubo algo que sentía, se acordaba que allá afuera la vida de otros había.
Un día como cualquiera tomo su mejor camisa, y apoyado por la brisa que siempre le respondía, salió a verse en el espejo que el mundo le ofrecería.
Se encontró con un conejo que aturdido lo veía, y siguió por senda que la calle le ofrecía, hubo perros, hubo gatos, hubo caballos y chanchos, pero se encontró con uno que hablaba su melodía.
"Antes que nada, buen día!" dijo alegre nuestro hombre, pero el al mirarlo a los ojos lo observó como lucia.
Pálido y fantasma respondió el rostro del vecino, mientras su boca mentía y le deseaba "buen día"
Siguió sin perder el ritmo, nuestro amigo el caminante, que ansioso observaba al resto que entre el resto se escondía.
"No será este, para todos un buen día" imaginó el caminante, pues veía que distantes lo observaban con ausente cortesía.
Cayó el sol sobre su espalda y ya tanto le pesaba que pego la vuelta a su rancho, a ver como estaba su campo y toda su compañía.
El sol, la luna, las vacas, los conejos y las nutrias, sin olvidar los naranjos que ricos frutos tenía.
Al pasar por una tienda un espejo el encontró y se observó sin respeto y sin temor de ser un bufón.
Con espasmódico llanto observó sin terminar, cada parte de su rostro por si alguna había de faltar.
Un agujero encontró entre medio de sus cejas, y observó con claridad que se trataba de una grieta.
Muy profundo tomó aire para evitar el desmayo, pero se dio cuenta pronto que pulmones no tenia.
De repente la sequía que le brindaba a su alma, al perder toda la calma con el espejo ese que había, se le fue instalando pronto una nube pasajera, que la ver que tenia espacio, libre y sin objeción, se instaló para siempre dentro de sus corazón.
Ya no veía los soles de cada mañana el hombre, ni las plantas ni el naranjo a sus cantos respondían.
Solo la luna crecía dentro de su corazón y de blanco pálido bañaba, el resto de sus tristes días.

Mañana en la casa del tejado

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10 de la mañana, pijama, madre ausente, hermana durmiendo...En La heladera leche y el tarro de Nesquik en la alacena de la cocina. Me ausento del mundo y sus obligaciones y me preparo para beber mi chocolatada y escuchar a "Los bitles", como los llamaba a los 8 años. Pongo el tocadiscos, Winco. en el primer tema del lado b, hEY jUDE. En verdad no sé lo que decia la letra pero era la musica más marvillosa del mundo y todas las mañana repetia la rutina de oirla una y otra vez hasta tener que irme a la escuela que quedaba al lado de mi casa del barrio Alberdi.
No puedo no llevarme ese momento de la vida al permanente recuerdo antes de irme de este mundo.
Solo eso. quiero volver un rato más a estar en medias sobre las ceramicas en cuadros de color bodeaux y amarillo, mirando el reflejo del sol de por la ventana que daba a mi maravilloso parque de niño, sentado a lo indio, oyendo la eternidad. Tocala de nuevo John...

...

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No me interesan tus líos ni tus condolencias, no soy bueno para dar abrazos de consuelo ni para abstenerme de recibirlos.
Canto solo y suena bien mi canto, mi oído esta en el río y es un río que no cesa.
Mis revanchas son contra mí mismo, pero duele con el tiempo la indolencia.
Tengo también arrebatos carnales y son puros como el aire.
Voy ciego a veces por las calles y no se aún si son calles o son nubes.
El terreno a veces esta seco y no estoy seguro que sean tantas flores las que he de plantar.
Huyo como los murciélagos hacia la luz en busca de un golpe que me cierre los ojos que arden de tanto ver.
Tengo seca la voz y catarro en el alma de tanto fumar el silencio.
Las segundas partes no siempre tienen buen final.
Si vivo esta vida de otros es porque cuido la mía y no me arrepiento de que me hayan escupido. El pañuelo con que me seco está limpio aún.
Porque pensás que son todos tan tontos como para creer que sos tan vivo?
A mi no me interesa el secreto de la eternidad. Yo soy la eternidad en cada instante.
Vos nos sabés nada de eso porque no te lo venden en ningún lado y tu manera de conseguirlo se devalúa en tu falsa esperanza de ser tu propio dios y no te animas a limpiar los hilos de títere que en el fondo de tu almohada te acaricia la cabeza y te dice hasta mañana.
Las luces prendidas no dicen más que tu miedo a las claras.
Si no me interpretan no me acongoja yo puedo caminar descalzo sin zapatillas todo terreno.
Soy mi sol y sin fin.
No me interesan tus varietales de saber general, yo no quiero ninguna medalla.
Armo mi propio lecho porque vos sola sabés como el tuyo huele.
Prefiero ser el sol que choca contra tu armadura.
No me ato a ningún puerto porque mi barco es aventurero y no temo a las olas, el mar es eternamente sabio.
A lo único que temo es a tu miedo y sin medir tus congojas puedo decirte que una sola es la que desencadena las otras miles.
No me interesa que me entiendas ni me expliques, yo no entiendo tu idioma.
Salvo la luna de todo esto porque es mi amante eterna y con cursilerías y todo sale conmigo a pasear.
Ahogate en tu mar de soberbia banal de mierda.

El reloj

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Tengo el estomago vacio de tanto comer
La espalda dolorida de hacer natación
La nariz sequita de tanto moco
Los pulmones limpios de tanto fumar
Los brazos grandes de tanto sedentarismo
La cabeza vacia de tanta información
El sexo erecto de tan poco deseo
El corazón agitado de tanto estar quieto
Y arrugado el semblante de tanto reir

La gota que rueda por el cuello

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Me gusta, me gusta. Me afano en eternizarlo. Me ezcurro y me sienta bien, sos mi esponja o mi espejo. Me duele no ser tan certero. Me vuelve loco el ansia. Trato de lastimarte con un caramelo. Entre tus piernas. Me da temor ver tan claro el jardín en tus ojos. Sos la única flor pero no quiero que lo sepas nunca. Intento siempre pero siempre pasar mi mirada babosa por delante tuyo sin que te dés cuenta jamás. Huirias despavorida porque temés. Yo tambien tengo miedo, pero como me encanta estar entre tus piernas, tan dóciles, tan fuertes. Te tengo o no. Vos me tenés o no. Me encanta estar entre tus piernas. No quiero que termine ese instante. No quiero volver a tomar el colectivo nunca más.

La ERA del Reaggetón

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Es una humilde interpretación desde mi mediocre mirada.
Pienso que es un música o un sonido que despierta pasiones y genera adeptos por doquier...El reaggetón ha poblado nuestras radiso y nuestors boliche y se ha adentrado en nuestras vidas con sutiles melodia sampleadas y remixadas con bases africanas que se reiteran una y otra vez, mezclando fortuitamente voces y ritmos de salsa bien pegadizos. Exelente idea, muy comercial y muy pegadiza la musiquita, pero lo que no logro entender es porque volvimos a la idea machista de que las mujeres solo tengan que tenr buenas tetas y buenos culos (impresionantes realmente)y con vestimentas entre deportivas y con pieles y con colores estrafalarios y zapatillas gigantes bailen detrás de un morocho que le dice todo el timepo que "muevan" "caliente" meneo" zandunga" agarrame de acá" movete para allá" y ellas felizmente se agachan y posan sus partes traseras como diciendole al mundo " LAS MUJERES EN TODOS ESTOS AÑOS DE OPRESION Y DE OCUPAR UN LUGAR DE PERPETUO DOLOR Y REPRESION QUERIAMOS OCUPAR ESTE LUGAR" ??? Otra vez? despues de tanto tiempo, la mujer vuelve a ocupar un lugar privilegiado, es linda, tiene cuerpo exuberante y sigue agachandose a la orden del hombre para que le den por culo...
No sé cuales serán las opiniones femeninas con respecto al caso, pero logro disipar entre las multitudes a las hembras ardiendo al compás del reaggetón agitando sus hermosas caderas y pidiendo más Gasolina.
Que pensarán las mujeres grandes de la historia que han luchado por la igualdad de los sexos en las decisiones que refieren al planeta??
Azuquitaaaaa!

El terreno no ayuda

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Me pregunto si alguna vez han hecho el intento de hacer una huerta, es bien simple y aburrido...
Comenzamos midiendo la capacidad de fertilidad del terreno que deseamos sembrar, tiramos una semilla y la dejamos bajo unos 25 centimetros de tierra, obviamente luego de hacer el zurco correspondiente que no es más que cavar una pala y realizar con cuidado una especie de acequia, obviamente sin agua, en relidad más que una acequia, seria como un mini valle para playmobíl´s.
Luego de este transpirante suceso, ejercemos el efecto casi insipido de arrojar la semilla y presionarla sobre la tierra hasta que no podamos verla(si quieren pueden ponerla a unos 25 centimetros o los que sea necesario o los que les dé la gana) Luego nos olvidamos completamente de la semilla y nos vamos a beber un buen mate con galletitas terepín, sabemos todos que son las famosas pepas, pero en este caso la palabra "pepa" podria ser ejecutada de manera incociente en el inconciente de algún drogón y no queremos tener nada que ver con la apologia a las drogas sinteticas o de laboratorio.
Luego de beber los ricos mates junto a una bella damisela, la cual en mi caso perpetuaria en mi cabeza sin nombre o sin posibilidad de acceso a ella, teniendo en cuenta mi presente amoríl(no es un remedio drogón!)
Luego de que la vida cotidiana nos lleve por sus senderos casi absurdos y sin retorno del tiempo perdido, continuamos, ya psados unos 20 dias mas o menos, según el caso seria 19 o 30. Ejemplificaremos conlas cosas que me suceden a mí, porque soy el que escribe estas ridiculeses y este es mi blog y punto. Entonces, una vez pasados los 45 días, volvemos al terrunio de siembra para incentivar el crecimiento y controlar la fertilidad del terreno...Observamos que donde dejamos la semilla tenemos una valija de color cocodrilo, con manijas de marfíl..ajá, automaticamente imprivisamos una especie de tranquilidad y ductilidad para acercarnos al lugar de los hechos y consultamos mediante nuestra manos venosas y flacas, el interior de esta sorpresiva valija y no encontramos nada más ni nada menos que un chancho negro que nos dice febrilmente oiiiiik!oiiiiiik! Que hacer!! se preguntará mi estimado lector ante esta significativa situación que nos deja absortos como monos con rollers en una carrera de caballos.
Simplemente aconsejo tomar una masa y matar al chancho con un golpe, situación un tanto engorrosa pero que dejará entrever automaticamente nuestra condición de cazadores furtivos y carnivoros que llevamos dentro. Luego de tamaña conmocion por los aullidos del chancho en nuestro devilitados oidos musicalizados permanentemente con caciones de Juanes o de Diego Torres gracias a La 100, 99.9 frecuencia modulada, encendemos un fuego y vamos en busca de la parrilla y compramos un buen vino Malbec, una cosecha minima de 2 o 3 años antes e invitamos a un amigo con el cual hemos perdido una partida de ajedrez la semana pasada y hemos quedado re calientes por tal acontecimiento.
Buen provecho!

No continua lo otro...

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